Una decisión prudente
La rana, después de pensar detenidamente, sacude su cabeza en señal de negación.
—Lo siento, pero no puedo arriesgarme. Tu naturaleza es picar, y mi naturaleza es protegerme —responde la rana con firmeza.

El escorpión, visiblemente frustrado, decide intentar cruzar el río por su cuenta. Ve unas rocas que sobresalen del agua y comienza a saltar de una a otra. En uno de los saltos, resbala y cae al agua turbulenta.
—¡Auxilio! ¡No sé nadar! —grita desesperado mientras lucha contra la corriente.
La rana observa la escena y se debate internamente. ¿Debería ayudar al escorpión o dejarlo a su suerte?