La Fábula de la Rana y el Escorpión

Un acto de compasión inesperado

El rescate

La rana, incapaz de ignorar el sufrimiento del escorpión, se lanza al agua y nada hacia él.

—Agárrate a mi espalda, pero ten cuidado con tu aguijón —advierte la rana mientras se acerca.

El escorpión, agotado y agradecido, se aferra suavemente a la rana sin usar su aguijón. Llegan a la otra orilla sanos y salvos.

—Te debo la vida —dice el escorpión con sinceridad—. Hoy he aprendido que puedo controlar mi naturaleza cuando realmente importa.

—Y yo he aprendido que a veces vale la pena arriesgarse por ayudar a otros —responde la rana.

Se despiden como amigos, cada uno siguiendo su propio camino, pero transformados por la experiencia compartida.

Reflexión final

A veces, cuando confiamos en alguien, le damos la oportunidad de ser mejor de lo que su naturaleza le dicta.

Fin de la historia

Volver al inicio para intentar otro camino